domingo, 9 de junio de 2013

Procesión del Corpus

El pasado domingo 2 de junio, a las doce horas, tuvo lugar, en la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares, la solemne celebración eucarística del Corpus Christi. La Eucaristía, presidida por el Obispo de la diócesis, Mons. Juan Antonio Reig Pla, congregó a una multitud de fieles que llenaba el templo. Los representantes de las hermandades y cofradías de la ciudad estuvieron presentes en esta hermosa ceremonia, que contó con las bellas voces de la Escolanía de la Catedral.
Durante la homilía, don Juan Antonio, analizando los pasajes de la Sagrada Escritura, destacó, en primer lugar, la figura del enigmático sacerdote Melquisedec, que ofrece a Abraham pan y vino. “Esto es lo que llamamos un texto dormido: a su tiempo ya sabremos lo que significa. El Antiguo Testamento está atravesado de estos anuncios proféticos. El desierto –dice Isaías– se transformará en un vergel, florecerá, habrá comida abundante para todos, y sobrará”.
En esta línea, don Juan Antonio subrayó el modo en que Jesús pide en el Evangelio  a sus discípulos que le acerquen el pan, y obra el conocidísimo milagro de los panes y los peces. “Pero no nos quedemos con la anécdota del milagro: vayamos más a fondo. Los discípulos empiezan a repartir los panes y los peces, comen todos y sobran doce cestos. ¿Qué significa esto, queridos hermanos? ¡Plenitud de la promesa cumplida en Jesucristo! Todo lo que está ocurriendo hoy en nuestro mundo, todo lo que espera cada persona, tiene cumplimiento en Jesucristo, un pan distinto, el pan de la vida eterna”.
El Obispo recordó que Cristo nos ha traído, en su propia persona, a Dios, y nos ha dado la posibilidad de que el desierto de este mundo se convierta en un jardín hermoso, un convite mesiánico que nos hace entrar ya en la belleza del cielo. Y este altar que tenemos aquí nos lo anticipa”.

Mons. Reig animó a los fieles con palabras vigorosas y enérgicas: “¡Todo tiene arreglo si nos alimentamos del pan de la vida eterna! ¡Todo es fuente de alegría y oportunidad de gracia si nos dirigimos hacia Dios y escuchamos su Palabra! Y la Iglesia debe de dar comida a nuestro pueblo, la comida que sana el corazón: el cuerpo y la sangre de Cristo”.

A las cinco y media de la tarde, en la misma Catedral-Magistral, tuvo lugar una hora de adoración al Santísimo Sacramento y rezo de vísperas, presidida por Mons. Reig. La adoración en la Catedral-Magistral, y en otros muchos lugares de culto de la Diócesis, fue la respuesta al deseo del Papa Francisco de que la Iglesia Universal se detuviera simultáneamente en adoración Eucarística, con el lema “Un solo Señor, una sola fe”. Posteriormente, a las diecinueve horas, salió la bellísima procesión eucarística  por el centro histórico de la ciudad, que fue deteniéndose en diversos altares colocados por las calles hasta la parroquia de Santa María la Mayor. Encabezaban la comitiva las imágenes como muestra de amor filial, numerosos fieles lanzaban a la custodia pétalos de rosas. Los niños y niñas que han recibido este año su Primera Comunión acompañaron al Señor-Eucaristía en esta solemne procesión.

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