El Domingo pasado la pequeña Hermandad de las Santas Justa y Rufina de Alcalá de Henares, que tiene como sede la parroquia de San José, volvió a celebrar como cada mes de julio, la memoria de las dos jóvenes hermanas de los primeros tiempos del Cristianismo (siglo III). Que un día, como nuestros Santos Patronos los Santos Justo y Pastor, plantaron cara a Roma y fueron ejecutadas en el año 287 por negarse a renunciar a la fe cristiana.
Las Santas son consideradas patronas de los Alfareros. Desde hace siglos, en la ciudad complutense ha sido muy fuerte la presencia de la artesanía del barro. Los últimos alfares fueron los de las familias Blas y Guillén (en la calle Don Juan I) y el de la calle Vaqueras. A finales de los años sesenta del siglo XX, la industria del plástico puso fin a esta entrañable actividad pero los descendientes de aquellos alfareros siguen manteniendo viva la devoción de sus ancestros.
La festividad es el 17 de julio, pero la Hermandad de Alcalá traslada siempre la celebración al domingo más cercano, este año el 21 de julio. La Santa Misa, celebrada por el sacerdote salesiano Rvdo. P. Atanasio Serrano López, tuvo lugar como es tradicional en la Parroquia de San José.
Junto al altar fue colocado el estandarte de la Hermandad, fechado en 1897, y que representa a las santas con vasijas a sus pies y la torre de la Giralda al fondo. Como dato curioso destacar que tanto el estandarte como el cetro son custodiados todo el año en casa del Hermano Mayor que por turno rotativo varia cada año según el listado de hermanos.
Después de la homilía tuvo lugar el tradicional traspaso de la vara del hermano mayor saliente, Alberto Vivas Lozano (al no estar presente fue representado por su tío Santiago Vivas), a la hermana mayor entrante, Andrea Rebollo González.
Al terminar la Eucaristía, y como hacen cada año, los hermanos se trasladaron a un cercano restaurante donde tuvieron un refresco que se desarrollo en un perfecto clima de fraternidad.
No hay comentarios :
Publicar un comentario